1. |
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No crecieron las barricadas,
medraron los desahucios,
contratos en fraude de alga,
nos trazan el camino para ser putas
y pagar también la cama.
La banca gana.
La derrota es total,
y además, empoderada.
Como el idiota que pide más Europa
después de Auschwitz,
después de la reconversión
y los parados, los recortes,
las bombas sobre Libia y la red Gladio
y las burbujas escoltadas de concertinas;
el idiota que pide más Europa
después de Maastricht, Gaza y Syriza.
¿Cómo enseñar ética a un virus?
Así no te pintaré en el mundo,
futuro serás flotando para siempre
en la potencia del útero.
Porque en cada cigarro me abismo,
me pierdo
en el mismo genoma sin salida;
la grieta invade mis uñas,
la sombra confirma toda voz:
damos vueltas, giramos
como arañas cojas
y su grito sordo.
Nuestra leve casa, nuestra
morada de tela liviana
tan bella y destruida,
tan de verdad y tan de mentira...
Buscando el aire,
abrimos las hojas
y penetra la ceniza…
No nos consuela ya la excepción,
sólo confirma tristísima
su gesto inútil de grulla.
No crecieron los disturbios
o los consejos obreros
tomando las fábricas.
No brotaron las asambleas asaltando la bolsa,
y en su lugar jugamos con arcoiris inocuos
en los breves lapsos de calma
que la tormenta —migajas— nos arroja.
No te vestiré en la ética del virus.
No traeré tus dientes a esta sima.
No haré del barro donde morimos
fantasma de vida que tejemos.
Se ha diseñado esta pérdida
en viveros sometidos
a la lógica del metal que tintinea,
y los bolsillos nos acogen
con su inevitable fosa.
Hacen del talud pradera
y les siguen el juego
los ácaros de las poltronas...
Así:
no jugarás al corro de la patata
en su ajedrez de mármol negro,
oscuro azogue de tumba hipócrita
y gesto obsceno de oligarca.
Opto por deprimirme, Europa,
en tu zombie triste y crucificado,
vago por la singladura quebrada
de costas sin estío ni arena,
que traza el invierno con nieve
de termómetros amenazantes,
y frutas extrañas flotando en tus olas,
manos rotas en la violencia de los barrios,
y la cucaracha que no cesa su rumiar
en las cloacas, sonido de bala aguardando
la puertas abiertas del odio y la ira.
Así:
juega al guá con las nebulosas,
enchola una supernova en negro agujero,
lanza tu peonza de cometas,
sueña polvo de astro, respira estrellas,
quédate lejos,
que no acuda tu nave de risa a esta playa,
deja tu boca de osa mayor colgada
en mohín cósmico de incansable lucero;
que cuando llegue el momento
podamos encontrar tu norte de brillo
en nuestro inevitable naufragio,
nuestro periplo de delfín en el desierto.
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2. |
Llegó el otoño
02:05
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Llegó el otoño de humedad templando brisa,
escopetas vomitando muerte y mierda
entre brechas de escombro abiertas,
arena mojada que rodea del barrio la huida.
Llega el otoño y el espejo a nuestros pies,
el insomnio y el sueño en liz de tobogán.
Cierra las manos que guardan su cristal,
abre la dermis con ráfagas de viento y miel.
Medir el día en tazas de café acogedoras,
oculto el esbozo del tiempo en un teclado,
el segundero vencido del reloj agrietado,
arrojando surcos duros en cada sombra.
Si llueve nos encogemos y espesamos en asfalto,
perdemos abyectos el derecho a respirar calles,
nos disolvemos entre horas punta y horas valle:
las voluntades y sueños se trocean en mercados.
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3. |
Ciudad soñada a pedales
02:32
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Sueño en la noche; Morfeo;
En la luz roja me freno.
Una sola con mis ruedas
fundidos están neumático y pierna.
Todo fluye alrededor, soy brisa y rumor.
En el asfalto derramo bebop,
en el atasco soy puro hardcore.
La ciudad es un líquido amniótico,
pedalear, algo lisérgico,
como un viaje al hiperespacio,
como peyote en pleno desierto.
Veo colores, escucho sonidos,
me dejo llevar, soy algo fluido.
Total control de mi alrededor,
anticipándome a la situación.
Focos lejanos, noche anaranjada,
me siento chillin, estoy relajada.
Te veo atrapado, te veo atascada,
quédate el volante, yo doy pedaladas.
Siento el trazado de la ciudad,
mi cuerpo se funde con su respirar.
Si te apetece llámalo amor,
si no lo has probado aún, pruébalo.
Salta sin miedo a esta dimensión,
reclama la calle, toma el control.
Comprende el espacio, la velocidad,
cabalga el gusano, Kwisatz Haderach,
cinta de Moebius, brillo de Incal,
sintetizador retro, J.F. Sebastian,
cubículo cálido, secreto de mar,
noches de verano, luna sin final.
Es una máquina plena,
es un trayecto especial,
es otro mundo que alcanzas,
cuando te atreves a pedalear.
El miedo está dentro, tu vida está afuera,
la decisión te espera.
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4. |
Desayuno
02:20
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Callar en el momento de exacto movimiento,
y no ser así elefante pintor en la poesía.
Ya llegó el tiempo de las quejas,
de las dolencias de anciano.
Crujidos de fondo en la travesía.
Pues el verso ya no es grito,
sino sudor o arruga o mano.
Tener que leer Perito en Lunas
con gafas y diccionario.
Y en el sigilo del paladar se cuelan
las sílabas de mañanas soñados.
Que no tengo la culpa de ser cactus
y solo expresarme en el silencio de mis púas.
Pasillos “del médico”, oleaje de azulejos.
Minutero de lluvias, noches de versos
a pedal, y a pedal pasan los años
y su quehacer de búsquedas.
Soleado de cafés el mediodía pleno,
esos cafés que en el lecho de muerte retornan,
trayendo alegría por los buenos recuerdos,
las dignas palabras, los mejores besos.
Cafés que pincelan el fogonazo del fin,
que aguarda con su cuchillo de alientos.
Y elijo mis traumas,
los que permito que me controlen.
Vivir bajo el lema de mierdas las justas,
aquí no queremos buscarnos la vida,
sino en cabal geometría organizarla.
Olvidamos romper techos de cristal
y habitamos la certeza del bosque.
Es en el golpe, en la batalla
donde los mejores versos nacen;
me hundo en la cama, bajel madrugada,
y pienso en la columna, en la camarada,
puede que el naufragio se la haya llevado...
pero ella es el mar, con sus “¡Hola!” de plata.
Los calendarios siguen girando…
y al cierre del día en las trincheras
bajo la luna cierro los ojos pensando
en el desayuno de savia al amanecer;
mi estómago aumenta su órbita,
intenta repetir cada alba
ese roce de mantequilla y miel,
la alegre esperanza del día sin memoria.
Sí, es esta ceremonia la tierra del ayer,
la nube que mueve la balanza.
Sí, son palabras como raíces,
que darán un fruto para otras miradas.
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5. |
6 de diciembre de 2018
02:38
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Es un día de fiesta porque librarse del trabajo
ya es motivo de fiesta, aun pasajera y sin rumbo.
Es el día de la constitución, se escuchan disparos,
en afueras de escopeta destiñendo las ciudades.
Seis de diciembre y en acorde se divierten matando
entre las viejas trincheras republicanas vencidas.
Se va alzando la contaminación, corona autovías,
ornando el horizonte con crespón negro y graso.
Son las galas del seis de diciembre, tan propio y español:
restos carbonizados de hurtados coches en el campo,
no cesa una huelga de hambre de presos políticos,
florecen cajas de resistencia de obreras de acero,
se deslizan subterráneos movimientos libertarios
bajo el Madrid gobernado por mafiosos del ladrillo.
Hoy, seis de diciembre, se celebra una cárcel de pueblos.
Los presos aplauden, claro, porque menos da una piedra,
porque más vale lo malo conocido, el miedo al miedo;
porque utopía es todo lo que se desvíe del proceso
que hincha la tasa de ganancia del tumor oligarca.
No hay independencias de savia en una Europa de barro,
ni democracia bajo sus torres de cemento y osario,
y la derecha liberal que aún se ve y dice izquierda
se afana en mamar del léxico torcido y viscoso
que así mana de la vieja hegemonía imperialista.
Es un día de fiesta para los buitres y los sapos,
y que nos perdonen, ay, nobles, los buitres y los sapos;
hoy los frentes obreros estrechan su muro de escudos,
pues ya se arraciman tormentas desde la desmemoria...
en los desahucios cae trágica un ave de vuelo roto.
Mi nave a pedales rodea la metrópoli,
practico al manillar navegación de cabotaje,
no espero ver colores donde fornican humo y ruido,
no espero ver sonrisas si hay banderas en balcones.
Voy en bicicleta sorteando la riada,
la ciudad es una arteria que siempre está atascada.
Tenemos lo que votamos, no nos pica la sarna,
seis de diciembre, cuarenta años ganando la banca.
La banca gana, la banca siempre gana.
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Bicicleta Москва, Russian Federation
This is not hiphop. This is not rap. I've got no flow. I've got no swag. Don´t like hiphop. It's only me writing about
things that I care, and bicycles.
MORE BIKES, LESS CARS!
Esto no es rap ni hip hop, que no me gustan. No tengo flow ni estilo ni vocalizo bien. Soy yo recitando sobre bases rítmicas, hablando sobre las cosas que me preocupan y sobre bicicletas.
¡MÁS BICIS, MENOS COCHES!
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