Rompecabezas, pedaleo, subversión sin gasolina,
tu cuerpo es barricada y tu bici, medicina.

Las luces de la noche son la mejor sonrisa.
la música que viste, la estrella que nos guía.

Avanzas casi aislado del ruido y de la rabia,
manejas las dos ruedas, diseñas pedaldas.

Madrugadas a bajo cero y verano en mi sillín.
La cesta bien cargada con el aire de abril.

Cada gota de sudor es toda una victoria,
enfrentando mi sangre a esta nada de derrotas.

No te importa recibir su golpes, sus miradas,
eres filo que desgarra sus vidas prefabricadas.

Viniste para quedarte, respiras el sabotaje,
la máquina tiembla, tiene miedo de la tierra.

Somos motor, somos futuro, somos ecos de aquel muro.
Somos aire a presión, herramientas de construcción.

Atravieso dimensiones nunca descubiertas,
coger el manillar es abrir una puerta.

Despega mi nave, despega la aventura,
vamos sin rumbo fijo, nuestras ruedas herraduras.

¿Tienes miedo de rodar? ¿Tienes miedo de volar?
El miedo es el medio de los media del imperio
para atar tu cuerpo, robar tu tiempo,
esposar tus manos y matar tus sueños,
cortar tu aliento y robarte el cielo.
No me lo invento, todo esto es cierto,
y si no acierto es que estoy muerto.

Entra en mi esfera, no hay más espera.
Veremos cómo estalla, desde aquí, la guerra.
Y cuando el banquero deje de respirar
volveremos a pedalear.

Surcaremos el cielo de la ciudad
bicicletas salvavidas del naufragio del capital.